En el Día Nacional de la Industria 2014: Con muchos retos pendientes
La articulación con la agropecuaria, la intensidad del diálogo y de procesos ante la profundización del DR-CAFTA y la institucionalización de la mesa del diálogo con el Gobierno son señales positivas en el Día de la Industria Nacional.
El 7 de abril se celebra el Día de la Industria Nacional. Nos sentimos orgullosos de pertenecer a un sector que arriesga, que a pesar de circunstancias adversas cree en el desarrollo sostenible del país, que requiere cada día ingeniosidad, innovación y voluntad para transformar materias primas y productos intermedios en bienes transables, capaces de generar empleo y bienestar en las diversas comunidades. Somos un sector representado por miles de pequeñas, medianas y grandes industrias, conformando lo que un periodista denominó una "autopista del desarrollo" que abarca toda la geografía nacional.
Actualmente, sólo como indicadores de la importancia del sector en la economía dominicana, hemos de señalar que aportamos el 50% de los ingresos corrientes de divisas generados por el país (es decir, uno de cada dos dólares); reportamos ventas por 703 mil millones de pesos en el 2013 (un 27% del total de ventas reportadas); aportamos un 29% del Producto Bruto Interno; generamos más de 400,000 empleos, la mayor parte de ellos empleo formal; pagamos aproximadamente el 35% de todos los impuestos recaudados por la Dirección General de Impuestos Internos; exportamos a 142 países, a 77 de ellos exportamos más de un millón de dólares.
Esto nos llena de orgullo, pero consideramos que no es suficiente si queremos alcanzar nuestro gran propósito de hacer de República Dominicana una nación netamente exportadora, creando así las condiciones para alcanzar las metas económicas, políticas y sociales que nos dimos en la Estrategia Nacional de Desarrollo. Creemos necesario seguir trabajando intensamente en la definición y en la urgente implementación de políticas públicas que hagan posible alcanzar en cinco años el horizonte que nos trazamos en abril del 2012 durante la celebración del Segundo Congreso de la Industria Dominicana en el cual nos planteamos, entre otras metas:
• Incrementar las exportaciones en 11 mil millones de dólares, desde el 2012 al 2017, esto es más que duplicar las exportaciones de los niveles actuales;
• Crear 300 mil nuevos puestos de trabajo en el sector manufacturero;
• Incrementar el número de industrias en operación en un 28% para alcanzar las 10 mil industrias en el país;
• Alcanzar un tasa de crecimiento acumulada de 35% en cinco años;
• Aumentar de 209 a 500 las empresas que exportan más de un millón de dólares.
Desde la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) hemos identificado "nichos de mercado", nos hemos esforzado en aportar capacitación a nuestros colaboradores, hemos avanzado en diversificar la oferta exportadora, hemos logrado tomar medidas defensivas del mercado interno para apoyar una justa competencia, hemos ajustado nuestra producción industrial -en su mayor parte- a estándares internacionales de calidad½ pero (lamentablemente hay peros) no hemos logrado que nuestra balanza comercial se torne favorable. A nueve meses de una masiva liberalización vía el DR-CAFTA, todavía no aprovechamos adecuadamente ese camino de dos vías (al igual que tampoco el del acuerdo con la Unión Europea). Esto tiene que cambiar.
En este mensaje queremos centrar nuestra atención en tres aspectos que nos parecen relevantes y que hacen posible que hoy, al celebrar este Día de la Industria, podamos afirmar que hay motivos de esperanza: la instauración formal de la mesa de Diálogo de la Industria con el Gobierno; la articulación del agro con la industria, y el proceso de profundización en torno al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centro América (DR-CAFTA).
La agroindustria, clave de las exportaciones
En un encuentro sostenido la semana pasada con el Ministro de Agricultura, Luis Ramón Rodríguez, indicamos que un elemento que dificulta el hacernos una nación exportadora es la débil articulación entre diversos sectores productivos, cobrando especial sentido la articulación con la agropecuaria.
Para el sector agropecuario y el industrial es fundamental que la industria sea el instrumento que permita agregar valor a la agropecuaria, y que la agropecuaria sea un punto de origen clave para desarrollos industriales. En ese sentido podemos rubricar con claridad lo planteado por el Ministro de Agricultura, quien planteó en la ocasión citada:
1. La necesidad de continuar fortaleciendo procesos de industrialización primaria en el origen de la producción agropecuaria, pero pasar cada vez más a procesos de transformación secundaria;
2. La reorientación de los recursos tierra y mano de obra en función de aquello que genere rentabilidad, lo cual repercutirá enormemente en la calidad de vida. Este es un cambio cultural para muchos de nuestros productores agropecuarios.
3. La promoción de la creación o fortalecimiento de empresas que transformen productos agrícolas en productos de mayor valor agregado que puedan suplir la demanda de los mercados locales, regionales y de exportación;
4. Favorecer el encadenamiento productivo entre la industria y la agricultura;
5. Confrontar y superar la carencia de fondos especializados, la ausencia de crédito a largo plazo, el rezago y la obsolescencia tecnológica, el reducido índice de innovación y de creación de nuevos productos, para hacer posible esta meta de mayor valor agregado a la producción agroindustrial. Esto implica la creación del Banco de Fomento a la Producción y a las Exportaciones, el incremento de fondos públicos para el desarrollo de nuevos productos.
El Ministro de Agricultura lo sintetizó al indicar que es necesario "diseñar y manufacturar productos que en vez de ir al mercado, vayan a la góndola", lo que implica que el portafolio de la agroexportación pase de productos primarios a productos agroindustriales.
Concluía el señor Ministro que si "el país no estimula el desarrollo agroindustrial y fracasa en el intento de aprovechar las oportunidades que representan los acuerdos de libre comercio, entonces será muy difícil acelerar el crecimiento económico, crear empleos y mitigar la pobreza en la zona rural".
Hoy la Asociación de Industrias de la República Dominicana rubrica esta conclusión e indica que esa visión de articulación entre agropecuaria e industria no puede ser una visión de este Gobierno, sino que ha de convertirse en una visión de Estado, una visión intencional y que no se quede en la voluntad de un funcionario u otro.
Los desafíos del DR-CAFTA
Hace casi diez años sosteníamos un intenso debate sobre la conveniencia o no de firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Centroamérica, conocido como el DR-Cafta, con el que pretendimos asegurar las ventajas de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe, programa unilateral ofrecido a Estados Unidos a algunos de sus socios comerciales.
Actualmente nos encontramos a la puerta de un paso significativo en el marco del DR-CAFTA. En nueve meses casi mil líneas arancelarias entrarán al país con cero arancel.
Se cierra así un ciclo de lo que ha constituido, hasta el momento, el mayor desafío para la economía dominicana, que afecta seriamente no sólo su balance comercial, sino también nuestros objetivos sociales cara a un desarrollo sostenido.
En la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), sin olvidar esa dramática realidad, nos hemos concentrado en el diseño y aprobación una política proactiva que haga de República Dominicana una nación exportadora de bienes industrializados, especialmente que involucre a toda su estructura productiva compuesta por miles de pequeñas y medianas industrias, bajo el convencimiento de que hoy no puede llamarse netamente exportador y generador de bienestar social un país en que sus PyMES no orientan sus ofertas a mercados extranjeros. Es decir, ante el cierre del ciclo descrito, nos empeñamos en abrir un nuevo ciclo virtuoso, centrado en las exportaciones.
En República Dominicana un ciclo productivo virtuoso requiere mejoras significativas en los factores que afectan la competitividad. Requiere que concreticemos las medidas propuestas en el Segundo Congreso de la Industria Dominicana y para cuyo seguimiento el presidente Danilo Medina ha instituido la mesa de seguimiento al mismo. Es urgente.
Recientemente, en el lanzamiento de la "Estrategia DR-CAFTA 2015", con la participación de muy diversas instituciones empresariales y del Gobierno, indicamos que no hay vuelta atrás en un reloj que marcha sin detenerse y que la apertura es un hecho que necesita que nuestros deseos se conviertan cada día en planes, programas, hechos concretos, seleccionar nuestras prioridades y no dar lugar al descanso. Lo reiteramos hoy, Día de la Industria Nacional, este sector ha de ser ancla del desarrollo si queremos un barco que navegue con relativa seguridad en las aguas turbulentas de la economía global.
No negamos que nuestras expectativas incluyen temores, pero también incluimos la seguridad de que podemos juntos, el sector productivo nacional y el Gobierno, seguir articulando respuestas que nos permitan mejorar nuestro desempeño como exportadores.