Palabras de presentación Campos de Moya, presidente electo AIRD durante Cóctel de Navidad
En una ocasión similar, Ligia Bonetti, quien me antecede en la presidencia de la Asociación de Industrias de la República Dominicana concluía sus palabras expresando su deseo para el ejercicio de la responsabilidad para la que, al igual que yo, fue elegida. Cito: "Es mi deseo, que haya concierto de voluntades entre nosotros los industriales, que haya confianza, que haya comunidad de opiniones en torno a los temas fundamentales y a los intereses, que en medio de la diversidad sepamos que somos un solo sector, el sector industrial".
Hoy, cuatro años después, estoy más que seguro que Ligia Bonetti puede retirarse de la presidencia satisfecha, pues su deseo se ha visto cumplido más que satisfactoriamente. El sector industrial dominicano se ha acercado, incluyendo a las industrias de las zonas francas, estableciendo cual "concierto de voluntades" no sólo metas comunes, sino hasta un discurso común que nos identifica y que, siendo diversos nos da unidad. Unidad que me propongo impulsar.
La AIRD ha enarbolado las banderas de todas las industrias: micro, pequeñas, medianas y grandes; de los más diversos sectores; se ha esforzado en impulsar y desarrollar encadenamientos productivos.
Hemos sido los interlocutores válidos de las instancias gubernamentales, diálogo que a veces no es sencillo, pero que siempre es necesario si queremos una nación próspera y que hoy vemos con mucha esperanza.
Es por este trabajo extraordinario que mis palabras, en nombre de la directiva entrante, son de gratitud hacia la directiva saliente y de compromiso hacia la membresía completa de la AIRD y sobre todo hacia la sociedad.
Quiero expresas un "Gracias" muy sincero a la directiva saliente por haber conducido nuestra institución de un modo proactivo, formulando propuestas, no rehuyendo las confrontaciones cuando fueron inevitables, pero siempre abiertos al diálogo constructivo. Gracias por la consolidación institucional y por mostrar que para la AIRD el bienestar de la nación dominicana a mediano y largo plazo es innegociable.
Gracias también a todo el equipo operativo de esta AIRD y en especial a su Vicepresidenta Ejecutiva, Circe Almánzar, por el compromiso que siempre han demostrado para con nuestro sector, dedicación e identidad que estoy seguro seguirá siendo de la misma manera durante la directiva que se iniciará en enero.
Confiamos en cada uno de ustedes para apoyarnos en esta nueva etapa que iniciamos.
Compromiso y continuidad
Pocos días antes de iniciar nuestra labor como presidente de la AIRD, quiero expresar que dos palabras marcarán nuestra gestión: continuidad y compromiso.
Las columnas levantadas requieren que continuemos construyendo, edificando nuevos pisos para el sector industrial de modo que la competitividad y la cultura de exportación que tanto hemos proclamado y por las que hemos trabajado tanto, sean cada vez más una realidad a la que todos aportemos y de la que todos nos beneficiemos. Con mi humilde experiencia y deseo de aportar, daré todo de mí para que esos pisos sean cada vez más firmes.
Amigos de la directiva entrante, esta continuidad y compromiso dependerá del esfuerzo de cada uno de nosotros, por que sigamos levantando las banderas más preciadas de nuestro sector, tanto aquellas que ya son logros, como aquellas que nos están costando trabajo. Pero sobre todo dependerá del verdadero conocimiento de nuestro entorno económico y sobre todo de nuestras capacidades.
Para hacer crecer e internacionalizar nuestras industrias y a la vez fomentar el surgimiento de nuevos líderes debemos ser capaces de formar a jóvenes, mujeres y hombres industriales y de impregnarles el amor a producir, a transformar, a exportar, emplear, pero sobre todo a identificarse con el desarrollo sostenible e inclusivo de nuestra sociedad. Para ello debemos tener pasión y compromiso. Cualidades con las que estoy seguro sabremos ser líderes.
Quienes asumimos ser parte de esta directiva habremos de saber que no se trata de un "paseo" ni mucho menos. Nos esperan muchas horas de sacrificio, de reuniones, de elaboración de posiciones y propuestas, de establecer posiciones, de escuchar expertos, de búsqueda de diálogo con los más diversos sectores y con las más diversas instancias públicas. Estamos obligados a hacer crecer nuestro amor por la industria, no sólo por la propia o la que representamos, sino toda la industria.
A lo mejor también nos esperan ingratitudes, pero no sólo defendemos intereses sino que estamos convencidos de que un sector industrial fuerte es garantía de bienestar para cientos de miles de dominicanos.
Es compromiso con las jóvenes generaciones que merecen que nuestro sector y nuestro país apunten al desarrollo sostenible como norte. Debemos establecer con claridad que el sector industrial quiere ser un legado que se renueva permanente, un legado del que todos pueden beneficiarse.
Es compromiso con expandir nuestras fronteras, conquistar nuevos mercados o cuotas, a pesar de las dificultades que puedan presentarse.
Finalmente, permítanme indicar que será clave para seguir cosechando éxitos que trabajemos en equipo. Somos diversos, pero podemos y debemos trabajar actuando en la misma dirección. No hay espacio para héroes solitarios, hombres o mujeres orquestas.
Amigos, la industria es el pasaporte hacia un futuro de prosperidad para los dominicanos. La AIRD seguirá trabajando porque ese futuro pertenece a los que nos preparamos para él en el día de hoy.