Palabras Presidente AIRD durante desayuno "Nuevos instrumentos financieros para impulsar el desarrollo productivo"
La Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), ha enarbolado la bandera de la industrialización y del incremento de las exportaciones como punta de lanza del desarrollo sostenible de nuestra nación. Sin embargo, para que estas banderas ondeen con fuerza y se sostengan, se requiere continuar definiendo y fomentando políticas de desarrollo productivo o políticas industriales activas que pongan especial énfasis en el impulso tecnológico, la innovación, investigación y desarrollo, en los encadenamientos productivos, en las alianzas pública-privadas, en la facilitación de comercio y logística, así como en todas las áreas que generen mayor productividad.
Sin embargo, corriendo como sangre que riega todo un sistema, toda política de desarrollo productivo debe contar con un eje transversal, que no es otro que el financiamiento. No cabe duda de que ningún país ha podido desarrollar sus sectores productivos sin instrumentos de apoyo financieros de largo plazo, fácil acceso y competitivos, pues el desarrollo no es la acción extraordinaria de un gobierno y de sectores económicos en un momento dado, sino un esfuerzo persistente, duradero, de décadas, de todos. No podemos estar al vaivén de las olas del mar, so pena de naufragar, necesitamos que el financiamiento sea firme para que también sea firme y sostenible el crecimiento del sector industrial.
La mayoría de los países latinoamericanos que están apostando a su desarrollo industrial cuentan con numerosos instrumentos e instituciones financieras innovadoras para armar cadenas productivas, facilitar financiamiento entre proveedores y usuarios de bienes, así como para compartir riesgos con entidades del gobierno con el fin de promover sectores específicos. Asimismo, están promoviendo la creación de fideicomisos para apoyar a las empresas exportadoras y facilitar recursos a las entidades de microcrédito no bancarias. Es cada vez más importante el rol que juegan instrumentos como el factoraje, el arrendamiento financiero, la titularización de activos, la administración de fideicomisos y la provisión de garantías, entre otros. Y, como instrumento privilegiado, el desarrollo de un mercado de valores que incida en estos aspectos.
¿Por qué vinculamos necesidad de financiamiento y sistema de seguridad social? La creación de un sistema de seguridad Social en República Dominicana ha sido una de las conquistas más sobresalientes de los últimos años. Responde a las legítimas aspiraciones de los trabajadores y de la población con miras a garantizar una mejor calidad de vida y de un retiro digno de nuestra vida laboral.
Pretendemos que el sistema cuente con los recursos necesarios para satisfacer las demandas que la población ha expresado de una cobertura amplia y confiable de seguridad social. Además, estamos convencidos de que el sistema de pensiones de cuenta individual como lo hemos definido en República Dominicana puede ser financiera y fiscalmente sostenible, pues aporta un mayor nivel de transparencia para quienes tenemos nuestros ahorros en él, se goza de libertad de elección y puede impulsar el desarrollo de rendimientos atractivos y programas de alto impacto económico y social.
Puede afirmarse que si nos lo proponemos los ahorros acumulados en el sistema de pensiones en República Dominicana constituyen la más sólida plataforma para nuestro futuro. Ahora bien, se requiere impulsar un marco adecuado para que dichos ahorros sirvan, en primer lugar, para generar mayores dividendos para sus dueños y, en segundo, lugar, contribuyan a la estabilidad macroeconómica mediante el financiamiento de actividades productivas que fortalezcan el rendimiento favorable a las cuentas individuales.
En la AIRD consideramos que el norte de los ahorros de pensiones debe ser el de asegurar una mayor diversificación en sus inversiones, con miras a disminuir la concentración de riegos y permitir un mayor acceso de las empresas productivas a dichos fondos, como manda la Ley 87-01 de seguridad social, contribuyendo así a una mayor generación de empleos formales.
Actualmente el país cuenta con alrededor de 310 mil millones de pesos en ahorros provenientes de fondos de pensiones, pero lamentablemente el acceso a dichos fondos por parte de las empresas privadas ha sido muy limitado y el proceso para destinar dichos fondos a actividades productivas es sumamente tortuoso, debido por una parte, a la falta de una política clara de inversión de los mismos y a los numerosos requerimientos impuestos por la Comisión Clasificadora de Riesgos. Y es que, señoras y señores, apenas un 2.3% del total de los ahorros en pensiones se encuentra colocado en empresas privadas y la mayoría de ellos se encuentran colocados en títulos de deuda pública, lo que a nuestro entender resulta totalmente contraproducente con los objetivos del Sistema Dominicano de Seguridad Social.
Se habla mucho de "círculos virtuosos". Hoy proponemos un círculo virtuoso que asegure que los ahorros de los fondos de pensiones se focalicen hacia el financiamiento a mediano y largo plazo de actividades productivas y exportaciones.
Un espacio para organizar este círculo virtuoso es el de mercados de valores en el país. Sin embargo, como ya indicamos en una ocasión anterior, el mercado de valores nacional adolece de muy poca profundidad, y las opciones de inversión de estos fondos son actualmente muy limitadas, constituyendo incluso un riesgo para su crecimiento y sostenibilidad.
Las inversiones de los Fondos de Pensiones del país ameritan de mayor diversificación, no sólo en República Dominicana, sino en el exterior, en monedas duras, en viviendas, infraestructura, acciones de sociedades anónimas, bonos de empresas privadas, industrias, comercio exportador, entre otros. Esta mayor diversificación producirá un natural impulso hacia la economía, hacia el desarrollo de mercado de capitales y a la inversión.
Bajo estas premisas, la AIRD se propuso celebrar este encuentro en la mañana de hoy, seguros de que de las presentaciones de los expertos internacionales y nacionales, a los que agradecemos el honor de acompañarnos, pueden surgir propuestas que contribuirían a poner plenamente en funcionamiento el engranaje del financiamiento a actividades productivas, con miras a completar y poner en vigencia el círculo virtuoso del sistema de pensiones de cuentas individuales en República Dominicana.
Estamos conscientes que no existe un "modelo único" para facilitar la participación del ahorro previsional en las inversiones productivas que requiere el país para su desarrollo, ni existe un modelo perfecto. El reto que tenemos por delante es encontrar una combinación adecuada acorde al contexto institucional y económico del país.
Nuestros ahorros en los fondos de pensiones merecen cada vez mejores dividendos y nosotros merecemos que este sacrificio individual que hacemos para nuestro futuro retiro contribuya a un mejor entorno económico y de bienestar social y a un desarrollo sostenible de nuestro país.