Un nuevo Gobierno, un nuevo Congreso, una agenda que continúa
La Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) ha trabajado intensamente por incrementar la competitividad de la industria nacional junto al Gobierno y Congreso que concluye su período el próximo 16 de Agosto. Ese día se inicia un nuevo período y la AIRD tiene el interés de continuar trabajando como aliados con el Gobierno y el Congreso y así seguir haciendo de la industria un motor de desarrollo nacional cada día más inclusivo y fuerte. Se trata de un nuevo Gobierno y un nuevo Congreso, pero la agenda continúa.
Tanto el sector público como el sector privado tenemos el desafío de mantener el crecimiento económico y a la vez incrementar la generación de empleo y las exportaciones. La manufactura ofrece la mejor oportunidad de un ajuste de rumbo que implica reorientar la economía hacia sectores con mayor valor agregado, lo que brindaría la posibilidad de aumentar la productividad, elevar los salarios y el nivel de ingresos.
Nicholas Kaldor planteó, hace medio siglo, que "lo que distingue a la industria manufacturera de otros sectores es su capacidad de generar retornos dinámicos, crecientes y, en consecuencia, una mayor productividad a través de la expansión en la producción".
En el fondo, se trata de un proceso económico-social de búsqueda de bienestar y legitimidad política y de fortalecimiento de la cohesión social tomando elementos que definen integralmente nuestra realidad: economía competitiva, Estado social y democrático, igualdad de oportunidades, justicia social½ términos que la AIRD espera, junto a otros sectores productivos y el Estado, seguir llenando en los próximos cuatro años de un contenido que genere orgullo en los dominicanos.
Las políticas industriales exitosas se diferencian de las menos exitosas en la fuerte coordinación entre los sectores público y privado, una apuesta a la industria manufacturera, apoyada con financiamiento, fortaleza institucional afín a los objetivos estratégicos y compromiso del liderazgo político en sus más altos niveles. Un plan de nación a largo plazo no es de un gobierno específico, sino de todo un país.
Los industriales dominicanos tenemos la aspiración de contar con una agenda de largo plazo, que vaya más allá del alcance de los instrumentos puntuales de fomento, propios de los ciclos políticos de cada gobierno.
En ese contexto, son muchos los factores que deben ser atendidos. Aquí se enumeran algunos desde el sector privado y otros desde el sector público:
Desde el sector privado tenemos el deber de:
· Actuar con transparencia, rendición de cuentas y eficiencia.
· Incrementar las actividades de Investigación y Desarrollo e innovación y fortalecer el vínculo universidad-industria.
· Comprometernos con la estabilidad laboral, formación y condiciones de vida de los trabajadores.
· Promover la competencia empresarial leal y el respeto a las normas de regulación de mercado, de los consumidores y las mejores prácticas de calidad y en materia ambiental.
En ese horizonte de corto plazo que son cuatro años, la AIRD espera que el nuevo Gobierno sea capaz de:
· Mantener el entorno de estabilidad macroeconómica del que hasta ahora ha disfrutado el país.
· Garantizar que el suministro de energía y servicios básicos sean eficientes y a precios competitivos.
· Concluir el Pacto Eléctrico y el Pacto Fiscal;
· Asegurar una política fiscal sostenible, equitativa, predecible, transparente y que asegure mecanismos de rendición de cuentas, de control y eficiencia del gasto público, así como el establecimiento de estímulos a la producción y racionalización de la carga fiscal.
· Establecer una política comercial que sea consistente con el proceso de industrialización, asumiendo que defender no es lo mismo que proteger.
· Facilitar la disponibilidad de instrumentos de financiamiento a largo plazo para promover la producción y las exportaciones.
· Desarrollar los encadenamientos productivos para generar mayor valor agregado.
· Garantizar una educación de calidad y propiciar la adecuación académica de los centros de formación técnica y de las universidades.
· Modernizar el marco institucional y legal que rige las relaciones laborales de modo que favorezca la creación de empleos formales.
· Incentivar las obras de infraestructura necesarias para la industrialización.
· Continuar reduciendo los costos y trabas de permisología.
· Seguir fortaleciendo el hecho de que el Estado sea el principal consumidor de las industrias manufactureras, especialmente las pequeñas y medianas industrias
· Utilizar mecanismos de política comercial para apoyar la política industrial.
· Impulsar mecanismos de incentivos y promoción de los encadenamientos productivos.
· Garantizar la permanencia de la Ley 392-07 (PROINDUSTRIA).
· Disminuir el contrabando, evasión e informalidad de bienes.
Ambos, el sector público y el sector privado han de estar unidos por un pegamento que podemos llamar "confianza", lo cual implica una disposición permanente a establecer canales de comunicación y fortalecerlos de modo que las dificultades puedan ser rápidamente subsanadas.
Tenemos que trabajar unidos dando pasos sólidos para lograr los cambios estructurales que nos permitan alcanzar mayores niveles de productividad e institucionalidad y alcanzar los niveles de una Nación desarrollada.
Con popularidad se ganan elecciones, con esfuerzo y sacrificio se combate la pobreza y se desarrolla un país, pero con decisiones difíciles, justas y a tiempo se engrandecen los líderes. El nuevo Gobierno, el nuevo Congreso y el sector privado debemos trabajar cohesionados, mirando en una misma dirección, aunque con aportes distintos. El bienestar no es un tema del sector público es un tema de todos.