ODS: pauta obligada de los negocios
El compromiso de las industrias con estos objetivos se profundiza cada vez más.
El aval de los consumidores que son, primera y prioritariamente, ciudadanos, es la garantía tanto de la competitividad de una empresa en un momento determinado, como de su permanencia a lo largo del tiempo. Claro, no se trata de hechos estáticos. Las demandas cambian, las expectativas evolucionan. Hoy en día gestionar estas expectativas sociales forma parte de las estrategias de negocios. La apuesta por el desarrollo sostenible no es filantropía, es garantía para el sector privado productivo. Y es, también, garantía para la sociedad.
La Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) y sus empresas asociadas, cada vez más han hecho de los objetivos de desarrollo sostenible una pauta obligada de sus negocios y de su forma de producir determinados bienes y servicios.
Además, cada vez es más evidente que para lograr la colocación en mercados internacionales es necesario seguir estándares internacionales, incluyendo estándares de gestión social y ambiental.
Empresas y ODS
En septiembre de 2015, líderes mundiales aprobaron en el seno de las Naciones Unidas los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con lo que quedó constituida la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El documento, se titula Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se define como «un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad». Se compone de 17 objetivos, divididos en 169 metas, que configuran el marco a través del cual los países pueden dirigir sus esfuerzos a poner fin a la pobreza en todas sus formas, reducir la desigualdad y luchar contra el cambio climático.
Sin embargo, ojo. Se trata de una iniciativa en la que las empresas tienen un papel preponderante. Participar, comprometerse, involucrarse es una forma de generar riquezas, tanto para las propias empresas como para la sociedad, además de preservar los recursos naturales. Es decir, garantizar la sostenibilidad empresarial.
En ese sentido, algunas recomendaciones hechas por diversos expertos animan a las empresas a considerar los ODS como parte de su estrategia de crecimiento y de relación con la comunidad. Esto implica -como lo han estado haciendo tanto la AIRD como institución como sus socios- trabajar en conjunto con el gobierno, los consumidores, los colaboradores y otras instituciones de la sociedad.
A modo de ejemplo, mencionemos cinco de estos objetivos:
1. Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos (objetivo 6).
2. Asegurar el acceso a energías asequibles, fiables, sostenibles y modernas para todos (objetivo 7).
3. Fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos (objetivo 8).
4. Desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación (objetivo 9).
5. Garantizar las pautas de consumo y producción sostenibles (objetivo 12).
Estos objetivos involucran áreas clave para la industria y en las cuales las industrias muestran un compromiso creciente: agua, saneamiento ambiental, empleo formal, infraestructura, industrialización, producción sostenible, son elementos muy valorados por la AIRD y sus socios.
En cierto modo, República Dominicana se adelantó a esta formulación al plantear en su Estrategia Nacional de Desarrollo (2012) la siguiente visión: "República Dominicana es un país próspero, donde las personas viven dignamente, apegadas a valores éticos y en el marco de una democracia participativa que garantiza el Estado social y democrático de derecho y promueve la equidad, la igualdad de oportunidades, la justicia social, que gestiona y aprovecha sus recursos para desarrollarse de forma innovadora, sostenible y territorialmente equilibrada e integrada y se inserta competitivamente en la economía global".
Desde la AIRD
En el Código de Ética de la AIRD se expresan diversos enunciados que animan al sector a asumir los ODS como parte de su estrategia de negocios. Por ejemplo, en el artículo 1.2 se dice que "el objetivo final (de la AIRD y sus socios) ha sido siempre el desarrollo sostenible de la República Dominicana y de la Región, como forma de garantizar la propia sostenibilidad".
En el Artículo 9, al hablar de la responsabilidad social corporativa, se indica que las empresas del sector industrial están llamadas a participar "directamente y a través de organizaciones de la sociedad civil y ONG´s reconocidas, en programas y actividades que promuevan la integración, el desarrollo y la mejoría de la calidad de vida de las comunidades".
Varios programas y proyectos de la AIRD van en esa dirección, así como acciones puntuales que buscan dotar a sus socios de las herramientas necesarias para ser exitosos en hacer de los ODS parte de su estrategia de negocios.
Por ejemplo, durante la Segunda Semana de Eficiencia Energética celebrada el año pasado, la institución presentó su Unidad de Eficiencia Energética, la cual se diseñó para brindar de modo sistemático algunos servicios que permitan a las industrias implementar mejoras en el uso de energía.
La Unidad de Eficiencia Energética tiene, entre sus objetivos, promover la eficientización y disminución del consumo energético industrial, así como identificar a suplidores de productos y servicios de eficiencia energética y energía renovable que sean confiables y con calidad. Se trata de un enlace directo con el objetivo no. 7 de los ODS.
También vale destacar el Sello a la Excelencia en Eficiencia Energética, que tiene por objetivo reconocer a las empresas, entidades públicas y privadas y entes locales que hayan llevado a cabo actuaciones destacables en el campo del ahorro, de la eficiencia energética, del fomento de las energías renovables y las nuevas tecnologías energéticas promoviendo y logrando generar una cultura organizacional sobre el buen uso de los recursos energéticos.
Otra iniciativa está enfocada a que las empresas puedan exponer ante otras empresas y ante actores políticos y sociales sus mejores prácticas de sostenibilidad. Así, por ejemplo, a fines del año pasado se presentó la experiencia del Ingenio Cristóbal Colón, propiedad del Consorcio Azucarero de Empresas Industriales (CAEI), el cual certificó su política de sostenibilidad que cumple con un sistema de gestión sostenible en su cadena de producción.
"La empresa produce azúcar con calidad, asumiendo una conducta responsable. Cuenta con una cultura empresarial basada en la innovación, productividad y cercanía con las comunidades cañeras", expresó Victoria Canto, quien es directora de Sostenibilidad CAEI.
Más recientemente, en enero, Bepensa-Coca-Cola expusieron sus prácticas de sostenibilidad, destacándose el compromiso con el agua (siendo su meta "agua neutral" para el 2020, alcanzada sin embargo en el 2016) y su otra meta explicada fue "cero residuo" con un horizonte de tiempo al 2030.
La sostenibilidad es la garantía de la rentabilidad económica, social y ambiental. El compromiso de las empresas industriales -micro, pequeñas, medianas y grandes- es ineludible. Los ODS constituyen una hoja de ruta para avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible. La participación de las empresas es crucial y dichos objetivos no podrán ser alcanzados si estas no juegan el rol al que están llamadas.
En fin, que las políticas de sostenibilidad forman cada vez más parte integral de la filosofía de las empresas industriales dominicanas. El objetivo: buscar que también los negocios sean sostenibles en el tiempo y reconocidos por su responsabilidad social y ambiental.
Colaboración AIRD-El Dinero
Febrero de 2018