Palabras de Circe Almánzar, vicepresidenta ejecutiva de la AIRD en el evento sobre ¨Acreditaciones internacionales del INDOCAL¨
17 de octubre de 2018, 7:00 p.m., Salón Las Américas C, Hotel Crowne Plaza
República Dominicana es una de las economías más abiertas del mundo, por lo cual la industria nacional tiene por referencia un mercado global. Ya no se trata de una relación directa entre productores y consumidores. La confianza tiene hoy múltiples elementos que tomamos en cuenta para ser competitivos.
Nuestras industrias están obligadas a garantizar a los consumidores que los productos que fabricamos responden a sus expectativas: certificaciones, acreditaciones, notoriedad de marcas comerciales son parte de lo que podemos denominar el rostro de la empresa. La confianza es hoy como una cadena formada por varios aros o eslabones. Dos de estos eslabones son la certificación y la acreditación.
La FAO define la certificación como el procedimiento mediante el cual un organismo da una garantía por escrito, de que un producto, un proceso o un servicio está conforme a los requisitos especificados o esperados.
Certificación de productos y procesos hecha por nuestras propias empresas, certificación hecha por los clientes o certificación hecha por un organismo especializado en tal tipo de tarea. A veces no es suficiente un nivel, sino que hay que apelar a los tres niveles, pero generalmente se acepta que la certificación proveniente de un tercero es la que mayor credibilidad otorga a productos y empresas frente a los mercados.
El sistema de certificación por tercera parte se creó para garantizar la independencia y la imparcialidad en la evaluación de la conformidad de las características de un producto y/o de su método de producción.
Las certificaciones, pues, fortalecen la credibilidad de empresas y productos. Un producto certificado es percibido como más seguro. Es una especie de garantía para los consumidores y los productos certificados alcanzan un segmento de mercado que pide calidad probada por lo cual, además, generalmente se venden a un precio superior al producto no certificado.
Sin embargo, surge una duda. Una dificultad. ¿Qué garantiza la confiabilidad de las instituciones u organismos que certifican un producto o proceso? ¿Se puede confiar en quienes certifican? ¿Cómo asegurar que una certificación es creíble, es también de calidad, es legítima?
Los organismos de certificación son, a su vez, certificados por otras instituciones. A este proceso se llama "acreditación", tomando como referencia la norma ISO 65. Existen organismos continentales que realizan este proceso.
Para la Asociación de Industrias de la República Dominicana todo este proceso técnico es fundamental. Es una puerta abierta a que la producción nacional -por un lado- y el INDOCAL, por el otro, estén conforme a los más altos estándares internacionales, abriéndose puertas ante los consumidores de todos los mercados.
No basta garantizar que el proceso de certificación se realice con todos los parámetros esperados, sino que también es necesario contar con las acreditaciones correspondientes. En la medida en que el INDOCAL trabaja en esa dirección se constituye en un aporte a la competitividad. Solo las acreditaciones necesarias permitirán que las certificaciones del INDOCAL sean reconocidas por homólogos de otros países.
En esa dirección, siempre ha contado con el apoyo y con los aportes de la AIRD.
Animamos al sector industrial a fortalecer esta cadena. Certificar procesos y productos es ganar credibilidad.
Muchas gracias.