Industria y universidad: una alianza transformadora

Industria y universidad: una alianza transformadora
Noticias

Columna AIRD en El Dinero 

 

El conocimiento y la tecnología hacen la diferencia de una economía a otra

Desde hace varios años la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) ha propugnado por avanzar hacia una nueva etapa de la industria: la industria 4.0. Sin embargo, también ha planteado con claridad que se trata de una transformación que requiere del esfuerzo conjunto de múltiples actores.

La Revolución 4.0 se trata de cambios que incluyen lo tecnológico, pero que van más allá, por lo cual la AIRD ha impulsado alianzas con actores públicos y centros académicos, así como con instituciones de la sociedad civil que visualizan que el conocimiento y la tecnología hacen la diferencia de una nación a otra, de una economía a otra.

La Estrategia Nacional de Desarrollo, ley No. 1-12, establece como uno de sus objetivos generales una educación de calidad para todos y como objetivos específicos consolidar un sistema de educación superior de calidad, que responda a las necesidades del desarrollo de la nación; consolidar el Sistema de Formación y Capacitación Continua para el Trabajo, a fin de acompañar al aparato productivo en su proceso de escalamiento de valor, facilitar la inserción en el mercado de trabajo y desarrollar capacidades emprendedoras.

El cuarto eje del Tercer Congreso Industrial bajo el título de "Transformación del capital humano para el empleo en la primera de sus estrategias, plantea la modificación curricular para la industria 4.0 como clave e indica como problemática la débil vinculación entre la industria, la academia y el Estado para definir sus prioridades en demanda y oferta de conocimiento.

La AIRD ha firmado convenios con diversos centros académicos Convenios que son un marco para la colaboración y que establecen aspectos como programas de pasantías, asistencia técnica, desarrollo de proyectos que promuevan la transferencia de conocimiento, capacitación, programas académicos de grado y post-grado, temas de responsabilidad social, programas inclusivos e incluso programas para beneficiar al capital humano de la AIRD. En algunos casos, ha estado involucrado al Ministerio de Industria, Comercio y MIPyMES (MICM), mostrando la importancia de la participación del Estado en esta dirección.

Es decir, una relación de la industria con la universidad con varios ámbitos de trabajo conjunto posibles, colocando en el centro de esta relación el aprendizaje, la producción y transferencia de conocimiento, el entrenamiento, la investigación y, en definitiva, todo lo que contribuya a hacer de la universidad y de la industria factores de transformación económica y social.

Sin embargo, la articulación universidad-industria debe ir más allá de acuerdos bilaterales entre la AIRD y los centros académicos y debe desarrollarse como marco estratégico general, de modo que su permanencia en el tiempo vaya más allá del período o períodos que puedan durar estos y otros convenios.

Instancias como el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), Ministerio de Industria, Comercio y MIPyMES (MICM), el Consejo Nacional de Innovación, el Instituto de Formación Técnico-Profesional (INFOTEP), EDUCA, y las academias e institutos de formación, entre otros, han de aunar esfuerzos para girar más velozmente la rueda del conocimiento, responder a los desafíos del sector industrial (y de diversos sectores productivos de la nación) y contribuir a incrementar la capacidad y el conocimiento del capital humano en República Dominicana.

Un motor de la competitividad

La competitividad ha sido uno de los grandes temas de la AIRD y algunos de sus marcos son: las normativas, la facilitación de comercio, la equidad fiscal o el de la energía eléctrica.

Sin embargo, una de las áreas en las que la AIRD ha planteado posiciones de modo reiterado, constante, en los últimos 20 años es el de la educación, abogando por una educación de calidad y por una formación técnico-profesional que responda a los requerimientos de una industria en constante transformación.

El nivel de desarrollo científico-tecnológico determina, en mucho, la capacidad competitiva de una economía, sus posibilidades de elevar la productividad de la mano de obra (el dar mayor valor agregado a lo producido localmente). Creación y conocimiento son bases de la competencia, ha expresado Michael Porter, un estudioso del tema. Conocimiento e innovación tecnológica constituyen diferenciación a la hora de establecer la capacidad competitiva de un país.

Si se desea un incremento significativo de las exportaciones dominicanas, con cada vez mayor valor agregado, es necesario fomentar el desarrollo de la capacidad de innovación tecnológica, el desarrollo de productos con cada vez mayor conocimiento incorporado y el uso inteligente de muchas de las materias primas (planteado esto por el modelo de economía circular).

Es en ese sentido que la industria requiere fortalecer las alianzas con las academias y otros centros de formación tecnológica. Estas alianzas -con la participación del Estado como facilitador- puede considerarse como un motor potente de la competitividad y, por lo tanto, del desarrollo sostenible de la nación. Se trata de una alianza que tiene poder transformador para todas las partes: la industria, las universidades, las instituciones estatales y hasta la sociedad en la que producen las empresas.

Las industrias han de considerar a las academias como un eslabón fundamental de la cadena productiva.

 

Publicado por AIRD
Es la organización empresarial más grande y representativa del sector industrial en la República Dominicana, que agrupa a más de 200 empresas y asociaciones regionales y sectoriales de la industria en todo el territorio nacional.

Publicaciones Relacionadas: