AIRD llama a articulación intencional entre agro e industria

Bonetti considera que lo logrado es insuficiente y hay que romper freno mental

Para convertir a República Dominicana en una nación netamente exportadora se requiere con urgencia  una articulación intencional, con propósitos claves medibles en el tiempo, con sectores definidos a priorizar, sin negar las iniciativas que puedan irse dando en otros rubros emergentes, expresó Ligia Bonetti, presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD).

Bonetti hizo uso de la palabra al iniciar un desayuno temático con el Ministro de Agricultura, Luis Ramón Rodríguez, como orador invitado, y afirmó que la meta no es fácil pues requiere de competitividad en las empresas y de un marco productivo que facilite esa competitividad. El tema del encuentro fue: “Agregando valor a la agricultura”.

“Estamos llamados no sólo a mejorar la rentabilidad de la agropecuaria y de la industria, sino también la calidad de vida de la gente que vive en las zonas rurales o que vive de las zonas rurales… en definitiva, cuando se trata de agregar valor es un tema en que todos estamos llamados a ganar. Ese es el desafío, es la meta”, indicó la líder empresarial.

Afirmó que uno de los renglones en donde se ha demostrado que el sector empresarial puede hacerlo bien es el de la agroindustria y dijo que para eso fundamental que “la industria sea el instrumento que permita agregar valor a la agropecuaria, y que la agropecuaria sea un punto de origen clave para desarrollos industriales”.

Consideró que las actuales autoridades han entendido esto al promover el financiamiento en el campo bajo un esquema de asociatividad “que se hace necesario para que la pequeña agricultura pueda encadenarse con la industria y pueda a su vez ser rentable y significar bienestar social y no una carga para el erario público”.

Dijo que lo logrado es insuficiente y llamó a romper el freno mental tanto en el sector público como privado de que “no se puede”. “Queremos más, queremos mejor integración, queremos una marcha unida entre agropecuaria e industria”.

“Es correcto enarbolar la bandera de la industrialización de productos pocos tradicionales, como frutos y especies de diversos tipos, así como de productos tradicionales como el cacao”, indicó Bonetti. Explicó que el país fue una economía “con barcos llevando el confite: azúcar, café, cacao y tabaco. Productos que siguen aportando mucho a la economía y a nuestras exportaciones, pero que ya no son suficientes si no les añadimos valor y pensamos en sub-productos”.

Pensar a la ofensiva

“Estamos pasando a pensar de manera ofensiva,  y no sólo de manera defensiva. Es importante, y lo debemos hacer a pesar de constreñimientos estructurales muy fuertes que van desde una energía costosa, un rígido código laboral, la baja calidad de la mano de obra que tenemos, un marco fiscal que no termina de incentivar la formalización, entre otros aspectos limitativos”, consideró la dirigente de los industriales.

Señaló que agregar valor a la agricultura supone retornar el financiamiento al campo, a la agroindustria, en condiciones que permitan, por un lado, ser competitivos, pero por otro, que no se conviertan en un barril sin fondo y sin orientación. “Financiamiento que ha de establecer sus áreas prioritarias, estratégicas, sin descuidar el quehacer productivo natural de algunas comunidades que no siempre pueden integrarse con criterios de rentabilidad inmediata. Actualmente es muy baja la banda de los productores agropecuarios que se manejan con criterios de rentabilidad sostenida. Esto tiene que cambiar”.

“Es necesario que la industria vuelva sus ojos hacia el origen de su materia prima. Tiene que haber esa sinergia. No es un tema nuevo. Los indígenas fabricaban el casabe, a partir de la yuca, dándole así valor agregado. Caña de azúcar fortaleció sus vínculos con la industria del ron en el siglo XIX, así como con melaza para el ganado; el tabaco para cigarros fabricados a mano; el cacao y el café como productos elaborados para la sobremesa; el maní y el coco con la fabricación de aceites; guandules y habichuelas enlatados, con procesos propios de la industria; la industria cárnica y de embutidos con fuertes preferencias en el consumo interno; la pequeña y mediana industria del dulce, así como la industria de derivados lácteos…el empaque de víveres; el procesamiento de cítricos…y así una larga lista que podríamos tardar varios minutos en enumerar y que indica los fuertes vínculos de la agricultura y la industria en nuestro país”, indicó.

Para descargar la presentación realizada por el Ministro de Agricultura, favor acceder aquí 

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