Anhelos de la Industria para el 2017
La industria dominicana se mueve en base a una aspiración: contribuir al desarrollo económico de la nación, entendido como la capacidad que tienen los países para crear riqueza a fin de promover y mantener la prosperidad o bienestar económico y social de sus habitantes.
Somos conscientes de la necesidad que tenemos de reorientar algunos retos, de plantear nuevas salidas. Somos conscientes de que el entorno internacional ha seguido cambiando rápidamente. Estamos frente a balances que nos indican la existencia de nuevos problemas, así como la persistencia de otros (el eléctrico, por ejemplo). Algunas áreas están en proceso de redefinición, como el área de las relaciones laborales y de la seguridad social, pero sobre todo nos encontramos a la puerta de avanzar en lo que se ha dado en llamar "revolución industrial" que nos enrumbe hacia el camino de la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías.
Para la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) esta aspiración se enmarca en un contexto internacional que no puede ser obviado. En algo más de una década el país se vio precisado a abandonar su zona de confort y pasó a formar parte del exclusivo club de las seis naciones que tienen simultáneamente acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y Europa (las otras cinco naciones son: México, Chile, Marruecos, Israel y Jordania). Es decir, una liga que nos obliga a incrementar nuestra competitividad, a entender que ya no hay protección para la industria local y que el incremento de las exportaciones de bienes industrializados constituye la forma de ampliar nuestras fronteras productivas.
Añadamos a esta descripción que desde el 1993 el déficit comercial de República Dominicana ha ido creciendo. La distancia entre nuestras exportaciones e importaciones superó los US$9,000 millones en el 2015 (sin incluir las zonas francas).
Además, el peso de la manufactura local en el crecimiento del Producto Interno Bruto es poco significativo, apenas 9% del crecimiento del PIB en el 2015 se explica por la industria local; 7% en el 2014, y 8% en el 2013.
Primer anhelo: fomento y crecimiento de las exportaciones
Cuando la AIRD ha planteado el fomentar una cultura exportadora tiene la realidad arriba descrita como marco. Hay más. La experiencia internacional nos indica lo acertado de este planteamiento. China, Tailandia y Vietnam constituyen naciones en las cuales el crecimiento de las exportaciones implicó la reducción de la pobreza. Corea del Sur y Chile son ejemplos en que el Producto Interno Bruto per cápita creció a la vez que crecían las exportaciones. De un modo u otro, como reducción de la pobreza o como crecimiento del ingreso per cápita, lo cierto es que la evidencia indica que el crecimiento de las exportaciones contribuye a un mayor bienestar social.
Otra relación es la establecida entre crecimiento del Producto Interno Bruto y el crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios, como muestra el gráfico a continuación:
Es decir, en las naciones exitosas en términos de desarrollo económico, las exportaciones han crecido a un ritmo mayor o por lo menos igual que el PIB.
Además, es imposible creer que sin un trabajo conjunto entre el Estado y el sector privado las exportaciones de bienes y servicios crecerán. Deseamos que las exportaciones crezcan, pero estas deben contar con una promoción adecuada. En ese sentido, visualizamos dos instrumentos clave: el CEI-RD y el servicio exterior dominicano.
Sobre el CEI-RD hemos de indicar que requiere una asignación presupuestaria mayor. A modo de ejemplo, en el 2008 esta institución tuvo una asignación presupuestaria de RD$94 millones, alcanzando los RD$266 millones en el 2015, un incremento de 1.8 veces. Sin embargo, para Turismo el crecimiento fue de 6.9 veces, colocándose en 5,700 millones en el 2015. No se trata de desvestir un santo para vestir otro, se trata de entender que tanto el turismo como los bienes y servicios deben ser promovidos en el exterior y que esto requiere recursos.
Segundo anhelo: fortalecer el mercado interno
Mucho hablamos del déficit comercial. También indicamos que las exportaciones son el camino para reducir ese déficit, pero hay que añadir que la producción que se coloca en el mercado local, a precios competitivos y a pesar de numerosas trabas, contribuye también a que el déficit de cuenta corriente sea menor.
Si la industria local comienza a perder parte de su mercado interno estaríamos ante el grave problema de vernos obligados a buscar más dólares para satisfacer la demanda interna. Es por eso que podemos afirmar que la defensa del mercado interno es muy importante. La industria significa ahorro y esperamos que en el 2017 el nivel de ahorro que genera se incremente.
Tareas clave en ese sentido lo son la lucha contra el contrabando, la evasión y la falsificación.
Tercer anhelo: fortalecer los encadenamientos productivos
Los socios de la AIRD somos conscientes de que tanto el crecimiento de las exportaciones como el fortalecimiento del mercado interno conllevan el incremento permanente de la calidad de nuestros productos, fomentar la innovación, la investigación y el desarrollo.
En ese sentido, como facilitador de estos procesos, deseamos un 2017 en el que podamos fortalecer los encadenamientos productivos los cuales se revelan como vitales a lo interno de nuestra economía. Ya la AIRD ha dado pasos importantes en esa dirección. Diversos acuerdos marchan en esa dirección, pero queremos más y profundizar lo logrado hasta el momento.
La industria dominicana -como toda nuestra sociedad- se encuentra frente a grandes desafíos, en un entorno donde el tema del conocimiento será dominante y donde aspectos como el internet de las cosas estarán presentes en los debates, por ello, en el 2017 nos hemos propuesto realizar el 3er. Congreso de la Industria Dominicana, en el que trazaremos la agenda del sector industrial para los próximos 5 años.
Cinco años vendrán en donde deberemos contar con una plataforma institucional que nos permita dar el salto hacia la 4ta revolución industrial, con reglas de juego claras y continuas, pero sobre todo que parta de una visión de desarrollo del Estado y de los sectores productivos. En el entorno de la globalización, se nos está haciendo un poco tarde para impulsar los cambios que requerimos, por eso, anhelamos un 2017 en donde realmente se produzca un giro que favorezca la exportación de bienes y servicios y contribuya al desarrollo económico al que todos aspiramos.